viernes, 20 de enero de 2012

Su telaraña roja nunca necesitó tijeras.


La muerte baila su entresueño
sobre la cama de mi madre

Yo de frente,
la frente sudorosa
la mirada blanca,
los ojos pálidos,

los ojos que ella dadora de vida
parió negros,
devoradores de mundos
sedientos de amor
con diez deditos en las manos
y un único deseodereír

La miraba
la muerte entretejiéndole el ayer
sonsacándole la gracia
trenzándole la ausencia,
su telaraña de araña.zos,
zozobrando en su barquita desangrada 
río abajo en la violencia del pasado
sin un remo que la hiciese compañía
en su lánguido temblor
aceptado 
de fracaso.

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